Quienes somos creyentes, sabemos que la oración es capaz de cambiar el mundo porque demostramos nuestra debilidad ante Dios, y eso nos hace más fuertes, orar por la paz implica volvernos conscientes del dolor y sufrimiento que aqueja a nuestro prójimo, la paz permite fortalecer en las personas actitudes hacia una convivencia sana con valores de tolerancia, respeto,amor e igualdad.